Julio 19/22 El documento “SNCTI para el buen vivir, el vivir sabroso y el ejercicio efectivo de una democracia multicolor“, cuestionado por algunos por su enfoque, es defendido por sus autores.
Los autores del mismo, encabezado por la autodenominada “Investigadora activista” y profesora titular de la Universidad del Valle, Irene Vélez-Torres (foto), de quien se especula que podría ser la ministra (como “cuota” de la Vicepresidenta Francia Márquez), han emitido un documento aclaratorio al respecto, en el que detallan que no es un texto oficial, que no entienden cómo se filtró a la opinión pública, pero que celebran que el país esté debatiendo al respecto.
En el fondo el debate parece darse entre la visión del método científico de los investigadores (¿tradicionales?), versus una aparente visión actual de la ciencia como un constructo social que demanda la participación de todos los actores de la sociedad.
El texto íntegro, que se reproduce a continuación demandan por una “ciencia más equitativa y con mayor impacto social”, y que los 10 autores -de varias universidades- consideran que en el gobieno de Gustavo Petro y Francia Márquez, estos erá posible.
CARTA DE ACLARACION Y RESPUESTA
El grupo de académicos/as responsables del documento interno de compaña, que en su momento llamamos “Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI para el Buen Vivir, el Vivir Sabroso y el Ejercicio Efectivo de una Democracia Multicolor. Documento de visión política”, queremos a continuación responder al debate que se ha gestado por redes y medios de comunicación entre algunos académicos y en el espacio público.
Enfrentamos retos ambientales, económicos y geopolíticos sin precedentes en la historia reciente. En este contexto, Colombia voté mayoritariamente en las pasadas elecciones presidenciales por un gobierno alternativo que propone potenciar la vida. Esta promesa requiere de una academia crítica, propositiva y comprometida. Este fue precisamente el espíritu del documente borrador de trabajo (mayo 20 de 20221) que se hizo público sin nuestra autorización. Aun así, construir una postura colectiva ha sido precisamente el objetivo de quienes nos congregamos e invitamos a pensar en las oportunidades que, desde las ciencias, las disciplinas y los profesiones tenemos para contribuir al cambio y garantizar que Ciencia, Tecnología e Innovación se constituyan en pilares de la agenda del gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez y, más allá, como pilares de un Estado profundamente democrático.
El documento lo escribimos un grupo de académicos/as provenientes de distintas regiones del país y la diáspora, conocedores/as de contextos rurales y formados en distintas disciplinas y ciencias como química, ingeniería, economía, medicina, ciencias ambientales, ciencias sociales y humanidades. Conscientes de la necesidad de apostarle a la justicia de genera en la ciencia, buscamos que nuestro grupo tuviera paridad. En ese sentido, procuramos la presencia de mujeres expertas en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). Sin embargo, nunca se consideró como un documento de difusión pública ni tampoco se trata de un documento oficial. Dentro del contexto de lo campaña presidencial, fue redactado antes de la primera vuelta y no comprendemos cómo terminó siendo difundido posteriormente. No obstante, vemos como un gran logro el hecho de que hay los medios de comunicación y las redes sociales muestren un interés inusitado por la ciencia en al país. Seguramente en el contexto del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 del gobierno de Petro y Márquez una propuesta formal será construida y se hará pública por los medios oficiales
Sobre el documento, agradecemos que intelectuales, científicos/as, exrectores de universidades y miembros de asociaciones académicas y centros de investigación se encuentren discutiéndolo. Lo conversación pública que se está generando es muestra de que hay un interés por el papel de la ciencia en la sociedad colombiana y seguramente hará más nítida la transición entre los dos gobiernos en este sector, que deberá superar su rezago para estar acorde con el propósito de una sociedad del conocimiento y un país potencia de la vida. Definitivamente la ciencia merece un debate en distintas dimensiones, tanto hacia adentro, para visibilizar las necesidades de quienes hacemos ciencia en Colombia y les retos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e renovación (SNCTI), como hacia fuera, para definir como se articula la ciencia con las necesidades de nuestro país.
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El debate que se ha iniciado es un excelente abrebocas para discutir lo que debe ser un SNCTI para Colombia uno en el que las ciencias básicas, aplicadas, ambientales, sociales y humanísticas informen la toma de decisiones sobre los complejos problemas del país, en el que la producción de conocimiento científico sea el motor de una economía para la vida, en el que se fomente un enfoque territorial en la política de ciencia, principio tan claramente enfatizado por la Misión Internacional de Sabio, y en el que otras formas de conocimiento y saber puedan ser escuchadas en un diálogo que beneficie al conjunto de la sociedad. Consideramos que la propuesta de Gustavo Petro y Francia Márquez es una visión reconciliadora, donde todos/as/es estamos invitados a participar, en nuestro caso desde nuestros conocimientos científico y disciplinares, en franca apertura a un diálogo respetuoso, fraterno y constructivo.
Respecto a las propuestas específicas del documento, algunas de las cuales han resultado tergiversadas, queremos exaltar que se trata de una visión de hacer ciencia con la participación de la sociedad, de la periferia al centro, desde los territorios y con las comunidades históricamente excluidas de la producción y de los beneficios del quehacer científico. Consideramos que la agenda de investigación debe nutrirse de las necesidades de la sociedad y no solamente de las prioridades de los grupos en el poder. En un país donde el hambre azota a miles de familias, este derrotero es de capital importancia. Con ello fortaleceremos una perspectiva de la ciencia comprometida con la sociedad y en diálogo con esta.
La ciencia, a nivel mundial, ha avanzado muchísimo en las últimas décadas en cuestiones epistemológicas relativas a cómo se desarrolla la producción de conocimiento. La visión del científico de espalda, o peor aún, por encima de la sociedad, con la ciencia como un mecanismo externo a la sociedad para controlarla y moldearla, está definitivamente en franca retirada. En inglés se le ha llamado a esta estrategia community science y citizen science. La Unión Europea, por su parte, ha reconocido que problemas de gran complejidad como el cambio climático requieren de la colaboración de distintas formas de saberes, tanto en el proceso de investigación como a la hora de implementarla, por lo que todas las propuestas que se desarrollan en el ámbito de la agricultura de precisión, sostenibilidad ambiental, robótica y agricultura requieren de la participación activa de las comunidades, de una aproximación multiactor y del codiseño de innovaciones basadas en la investigación científica. Hasta el IPBES (The Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services) nos llama hoy a repensar los diferentes valores del conocimiento y sus aportes para conservar la naturaleza. Asegurar un diálogo efectivo entre científicos/as y comunidades en absoluto debilita los fundamentos del quehacer científico o el carácter metódico que le distingue de otras formas de conocimiento. Por el contrario, lo hace más relevante frente a los problemas de la sociedad, y lo pone más a tono con los vientos de cambio que soplan hace décadas desde la comunidad académica internacional.
No sobra recordar que Orlando Fals Borda y el equipo de investigadores/as que lo rodearon hace unas cinco décadas jugó un rol clave en esta evolución del pensamiento científico. Creemos importantísimo rescatar las contribuciones de los/as científicos/as que con mayor o menor renombre internacional han permitida que haya ciencia de alto nivel en nuestro país. Nuestras propuestas van encaminadas a seguir pensando y actuando para hacer una ciencia más equitativa y con mayor impacto social para que más regiones y más comunidades diversas del país puedan hacer y servirse de la ciencia, producir conocimiento y distribuir sus beneficios entre todos. El momento actual nos invita a re-pensarnos, como sociedad y como gentes científicos y académicos, hacia dónde queremos seguir y por qué. El acumulado histórico de nuestra Colombia nos exige, también a quienes habitamos las ciencias, entrar en diálogo para entretejer conocimientos y saberes de manera incluyente, responsable y respetuosa. El propósito que nos convoca es potenciar y cuidar la vida. En este sentido, también es indispensable garantizar mejores condiciones a quienes hacemos ciencia en el país, ampliando progresivamente la financiación en I+D y la articulación entre los sectores.
Es hora de abrir un poco más las puertas de los establecimientos del pensamiento y habitar las múltiples maneras de generación de conocimientos. Es el momento histórico de salir por esas puertas para escuchar, sentir y observar todas las necesidades económicas, ecológicas, energéticas, agrícolas, sociales, políticas, culturales, educativas, médicas e Industriales de la sociedad colombiana.
Suscrito por,
- Irene Vélez-Torres, Ph. D. Profesora titular Universidad del Valle. Áreas ciencias ambientales, justicia ambiental, conflictos agrarios
- Juan Camilo Cárdenas, Ph. D. Profesor titular Universidad de Massachusetts Amherst (USA). Área economía
- José Antonio Gutiérrez Dantón, Ph. D. Investigador asociado del CRR de la Universidad de Dublin (DCU) y catedrático de la Universidad Santo Tomás, Medellín. Area: sociología y codiseño de tecnologías sostenibles en agricultura de precisión y transicional
- Vanesa Giraldo Gartner, Ph. D. Profesora Universidad de la Amazonia, Investigadora Instituto CAPAZ. Área antropología médica, conflicto armado y paz territorial.
- Vladimir Corredor-Espinel, Ph. D. Profesor asociado Universidad Nacional de Colombia. Área Biología Infecciones, Biología y Genética Molecular.
- Liliana Marcela Bustamante, Ph. D(c). Profesora Universidad de Antioquia & InGenero. Areas STEM y mujeres en la ciencia.
- Yesid Muñoz. Editor y corrector de estilo. Área: publicaciones, ediciones y apropiación social del conocimiento científico
- Lina Lucumi-Mosquera, Ph. D(c). Investigadora De Montfort University (Leicester, UK). Área redes globales de producción e inequidades
- Ghisliane Echeverry, Ph.D(e). Investigadora Universidad del Valle. Área: química, contaminación ambiental y mujeres en ciencia.
- Erika Muñoz Villarreal, MSC. Investigadora Colombia Científica. Universidad de Caldas. Área: Justicia y paz ambiental.
Nota: “Ciencia sabrosa” es una forma de identificar públicamente el documento. Dicho juego verbal no aparece como tal en el mismo, ni es una definición científica.