Abril 14/21 Así lo confirma el DANE. La población colombiana se está envejeciendo, e IES de ciudades como Bogotá sufrirán por falta de jóvenes en sus aulas.
Fuera del impacto de la pandemia en la disminución de la tasa de la matrícula al sistema de educación superior, que según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE, registró una caída del 25 % en las inscripciones en el último año, el número de potenciales estudiantes para la educación superior está seriamente amenazado, tal y como lo confirma el comportamiento demográfico nacional en los últimos años y su proyección a 2.050.
Así lo confirmó el director de la entidad y exdirector de Planeación de la Universidad del Rosario, Juan Daniel Oviedo, en una presentación que realizó en la Asociación Colombiana de Universidades ASCUN.
Con cifras, Oviedo señaló que la población colombiana es menor a la proyectada inicialmente en el censo nacional realizado en 2.005. Entonces, se estimó que para esta época seríamos 49.8 millones de colombianos y que el censo de 2.018 demostró que la cifra llega a 48.2 (1.6 millones de habitantes menos). La cifra podría ser menor si en el último censo no se hubieran incluido a los venezolanos que han emigrado de ese país para éste.
La evolución de la pirámide población, confirmó Oviedo, indica que hoy Colombia registra un 24 % de su población con personas menores de 15 años (potenciales estudiantes universitarios), pero que en el año 2.050 ese porcentaje del 24 % se reducirá al 16 %.
En consecuencia, aumentará la población mayor de 60 años, que actualmente representa un 13 % y que en 2.050 será del 25 %.
La tasa general de fecundidad del país, que en 2.005 era de 1,95 hijos por mujer, bajará a 1,57 en 2.050.
Por ello, ciudades como Bogotá, que actualmente registra un 11 % de su población con menores de 15 años de edad, en 2.035 (14 años) ese porcentaje bajará al 11 %.
Es decir, de continuarse la tendencia y de no existir cambios sustanciales en el sistema y las instituciones de educación superior en el país y en ciudades como en Bogotá, en la capital sobrarán programas e IES y faltarán estudiantes, mientras que las regiones más apartadas y vulnerables en lo económico y social, como los departamentos de Vichada, Vaupés, Guainía, Amazonas, La Guajira, Chocó, Guaviare y Caquetá, que hoy tienen muy baja presencia educativa, serán las zonas con mayor porcentaje de jóvenes.
El campanazo no es nuevo, y viene de tiempo atrás. Desde 2.017 las cifras en el sistema vienen contrayéndose, la pandemia ha complicado la situación, y otros factores como los de aumento descontrolado de programas e IES y ofertas de otros niveles, obligan al sistema a replantear su planeación, indicadores, metas y pertinencia.
Una advertencia final que ha realizado el directo del DANE, igual de preocupante que las anteriores, es el gradual paso del bono demográfico al impuesto demográfico; esto es, de un país con una mayoría de población en edad de trabajar, a un país con mayoría de población dependiente, y esto impactará directamente el financiamiento del sector, que claramente ha demostrado que cobra vitalidad cuando las familias progresan en sus ingresos, y viceversa.
Esta situación se presentará primero (hacia el año 2.026) en los departamentos del Eje Cafetero y Valle del Cauca.
Clic para conocer la presentación del director Oviedo