En Estados Unidos, aumenta la deserción y la decepción sobre la universidad “tradicional”

Mayo 15/23 El mercado laboral, las deudas y expectativas profesionales vienen cayendo de forma preocupante en Estados Unidos. La deserción aumenta y la formación no universitaria adquiere más valor.

La situación, no exactamente igual pero sí con visos de similitud (al ver la situación de las universidades -especialmente privadas- de alto costo, tiempo completo, grandes campus e inversiones y tasas de comportamiento laboral), se convierte en una advertencia del fenómeno que podría consolidarse, peligrosamente en Colombia.

¿Están pasando de moda los universitarios de tiempo completo, presenciales, y con varios títulos?

En Estados Unidos, la confianza en el valor de un título se ha desplomado en los últimos años.

La mayoría de los estadounidenses no cree que valga la pena el costo de un título universitario, según una nueva encuesta de Wall Street Journal-NORC, en la Universidad de Chicago, una organización de investigación no partidista, que encontró que el 56% de los estadounidenses piensa que obtener un título de cuatro años es una mala apuesta en comparación con el 42% que mantiene la fe en ello.

Este escepticismo público hacia la educación superior comenzó a aumentar después de la recesión de 2008 y se agravó tras la pandemia.

Es así como la inscripción en las universidades de EE. UU. se redujo en un 15% durante la última década, mientras que el crecimiento de las credenciales alternativas, incluidos los aprendizajes, aumentó considerablemente. Asimismo, la oferta de programas está superando la demanda.

Y aunque tradicionalmente se ha mencionado que pese al costo económico de la educación superior, las tasas de retorno (ROI) terminan siendo favorables, esto también se está cuestionando. El ROI se calcula estimando las ganancias futuras del título universitario menos los costos de obtener ese título, incluidos los ingresos perdidos mientras se asiste a la universidad para obtener el título.

Cada vez más estudiantes dicen que desconfían de inscribirse en la universidad por temor a que los deje endeudados y con un título que no los ha preparado para un buen trabajo en un mercado laboral que cambia rápidamente.

Un título universitario se ha convertido en una de las grandes líneas divisorias en Estados Unidos. Cuando hay problemas de mano de obra, desempleo y salarios, el mercado halla soluciones en personas con actitudes y competencias más que con títulos. Las universidades de cuatro años no pueden producir suficientes trabajadores altamente calificados en muchas empresas. Investigaciones recientes de la Fundación Lumina muestran que el 37 % de los estudiantes son mayores de 25 años, el 24 % son padres y el 64 % trabajan a tiempo completo o parcial.

Por eso, los altos costos de la educación superior en Estados Unidos (matrículas universitarias) y las deudas que se derivan de esto, están llevando a que los potenciales estudiantes, reevalúen la posibilidad de dedicar cuatro y más años de estudio a tiempo completo, para obtener un título que no les garantiza trabajo, aunque las deudas sí estén ahí.

Paradójicamente, en Estados Unidos las ofertas de trabajo siguen siendo altas en medio de un bajo desempleo, esto indica una escasez de mano de obra, tal vez una señal de que una credencial de posgrado puede no tener tanto peso en ciertos campos.

¿Quién, en la economía actual, puede darse el lujo de quitarle años de ganar y acumular una enorme deuda para estudiar para títulos que son cada vez menos relevantes para el mercado laboral moderno?.

Además, porque el mercado laboral tampoco confía plenamente en los profesionales que recibe de la universidad, por lo que prefieren buscar talentos más que credenciales (títulos), para su labor. Hoy en día, los colegios y universidades inscriben a unos 15 millones de estudiantes de pregrado, mientras que las empresas emplean a unos 800.000 aprendices. Estos últimos han venido aumentando en un 50 % en la última década.

Estudios muestran que ya hay empleadores que dicen hallar un desajuste entre las habilidades que buscan los empleadores y las lecciones que los estudiantes aprenden en los cursos universitarios. Para superar ese desajuste, las empresas están eliminando los requisitos de títulos para algunos trabajos.

Es claro que la formación y los conocimientos se requieren.

Algunos consideran que la tecnología educativa y el aprendizaje remoto no son una panacea, frente a la experiencia pedagógica presencial. Pero, señalan, no es posible aferrarse al modelo del estudiante universitario de 18 años sin otras demandas de su tiempo. Se debe trabajar con la educación superior para aceptar y comprender las necesidades de los estudiantes universitarios de hoy y adaptarse para revertir la caída del número de inscripciones universitarias.

Las instituciones académicas también deben adoptar cursos en línea flexibles y a su propio ritmo para brindar a los adultos que trabajan las habilidades que desean y necesitan para tener éxito en sus carreras elegidas y más allá.

El llamado es a que las universidades se reinventen.

Las empresas lo vienen haciendo y para ello han descubierto que si quieren cambiar el mundo, prefieren contratar personas con habilidades y  no solo títulos. Si bien los títulos son determinantes, se considera que el mercado educativo se ha encargado de inflarlos y de hacerlos inaccesibles para muchas personas.

Por ello, empresas como Accenture, Google y Bank of America, han estado eliminando los requisitos de grado y centrándose en las habilidades en su búsqueda de talento. IBM, en particular, ha sido un líder, recortando los requisitos de grado de más de la mitad de sus ofertas de trabajo desde 2021.

Incluso, en Maryland, Utah y Pensilvania eliminaron el requisito de un título universitario en muchos puestos gubernamentales. En su primer día completo en el cargo, el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, firmó una orden ejecutiva que abre el 92 % de los empleos del gobierno estatal (65 000 puestos) a cualquier persona con “la experiencia laboral relevante y la capacitación basada en habilidades, independientemente de su nivel educativo”.

Aunque, la educación formal, titulada y permanente es, sí o sí, una solución de largo plazo, las demandas del hoy no permiten proyectarla así.

“Las personas adquieren habilidades más específicas en los programas de aprendizaje que en la universidad y, si bien eso les ayuda a ingresar al mercado laboral con mayor facilidad al comienzo de sus carreras, más adelante en la vida sus habilidades se deprecian”, dijo. “Entonces, a los 45, 50 o 55 años, es menos probable que estas personas permanezcan en el mercado laboral porque sus habilidades son menos valiosas”, dice en Estados Unidos, Diana Sosa Cruz.

Por el contrario, un título universitario ofrece una educación general más amplia, que “hace que las personas sean más adaptables y capaces de aprender nuevas habilidades que aparecen más tarde cuando cambia la economía”, dijo.

La situación no lleva a un entierro de la Universidad tradicional, pero sí a su obligatoria necesidad de hacer cambios reales.

 

Esta análisis ha sido realizado a partir de los escritos de medios como The Post and Courier, el Foro Económico Mundial, The Wall Street Journal, Amercian Thinker, Higher Ed Dive, Encoura y AP News.

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