Dic 5/18 Para Lasse Rouhiainen, experto en tecnologías disruptivas, las universidades deben abordar reformas estructurales para adaptarse a las nuevas exigencias del mercado laboral, y enseñar a asumir los nuevos desafíos así como a tener las nuevas competencias laborales requeridas.
Escrito de José Angel PLaza López, en el Diario El País:
Por cada informe que subraya que la inteligencia artificial (IA) eliminará millones de empleos, otro llama a la calma con el mensaje contrario, destacando que esta tecnología generará un sinfín de puestos de trabajo e incluso dará lugar a profesiones que aún no existen. De hecho, Gartner pronostica que en 2020 los empleos creados por la IA superarán en número a los destruidos por esa misma disrupción: 2,3 millones frente a 1,8 millones.
Pero en la práctica ese balance positivo no se traduce directamente en oportunidades para todos. Para ilustrarlo, Lasse Rouhiainen, que acaba de publicar Inteligencia artificial: 101 cosas que debes saber hoy sobre nuestro futuro (Alienta), recurre al siguiente ejemplo: si en ese hipotético escenario un taxista se queda sin trabajo por la irrupción de los vehículos autónomos en el transporte público, quizás no lo tenga tan fácil para recolocarse rápidamente como desarrollador de chatbots u otra actividad similar por falta de conocimientos o habilidades.
“Está muy bien resaltar el impacto de la IA en cuanto a generación de empleo, pero el problema es que mucha gente que pierda su trabajo necesitará una reeducación para aspirar a esos nuevos puestos, así que todos deberíamos estar ya preparándonos para ello”, afirma Rouhiainen. Se trata de algo que ha entendido muy bien el gobierno de Finlandia, país de origen de este autor afincado en Alicante, cuyo Ministerio de Empleo y Economía publicó el pasado junio un informe que destaca la necesidad de proteger y reforzar las habilidades de los empleados en la era de la inteligencia artificial. En concreto, el Ejecutivo ha anunciado que hay que reeducar a un millón de finlandeses (el 20% de la población) para que aprendan nuevos conocimientos y habilidades, así como la idoneidad de una formación continua.
Las iniciativas públicas de Finlandia en torno a la IA han acelerado reformas universitarias para adaptarse a los nuevos tiempos. Tal es así que incluso el rector de la Universidad de Haaga-Helia, donde Lasse Rouhiainen colabora como profesor externo, afirma que en tan solo unos años esta institución pasará a denominarse “plataforma de aprendizaje”, ya que además de las carreras tradicionales ofrecerá microcursos de diferentes temáticas para jóvenes y adultos, sobre todo orientados a reeducar a los profesionales para responder a las exigencias del cambiante entorno laboral. “Hablamos de una reeducación y de una formación continua cuya impartición se tendrá en cuenta a la hora de otorgar subvenciones a las universidades”, apunta Rouhiainen.
Y hablando de invenciones llamativas, una de las que más titulares ha acaparado en los últimos meses, la robot humanoide Sophia, no parece convencer mucho a Rouhiainen, ni tampoco la concesión de la ciudadanía saudí a esta máquina: “Aunque está bien mostrarla en ferias para compartir posibles avances, no soy muy fan de Sophia. Por un lado, más que integrar una inteligencia artificial avanzada parece ser que está programada para responder ante ciertas preguntas y, por otro lado, que Arabia Saudí le otorgue derechos civiles es un mal ejemplo porque es una acción oportunista para hacerse publicidad en su afán por convertirse en el segundo Dubái”.