Nov 17/22 Aunque los valores de matrícula cambian entre IES y programas, las variaciones en tendencias, competencia y públicos han ido ocasionando giros llamativos en los costos, creando una nueva dinámica en la oferta-demanda de programas académicos.
Aún por definirse finalmente los valores de matrícula para 2023, tras la reconsideración de precios que harán algunas IES tras el debate público con el Ministerio de Educación Nacional, El Observatorio de la Universidad Colombiana presenta 10 hechos llamativos en la forma como se están ofertando, según sus precios, algunos programas e IES en el país.
1) Mismo valor en (casi) todos sus pregrados: Tradicionalmente en las IES se cobra un valor diferente por cada programa académico, bien por su duración (en créditos), escenarios de práctica, demanda de laboratorios o renombre tradicional (por ej. los de Medicina valen más que los de Ingeniería y estos últimos más que los de ciencias sociales), entre otros aspectos, pero en el caso de la Universidad Manuela Beltrán Bogotá, 12 de sus 13 pregrados (derecho, enfermería, ingeniería, psicología y ciencias del deporte, entre otros) tienen exactamente el mismo valor de matrícula. La excepción es el pregrado de Dirección y Producción de Cine y Televisión, que vale más.
2) Mismo programa en varias ciudades, con precio diferenciado: Esa es la costumbre. En algunas ocasiones el precio de matrícula es el mismo cuando la distancia geográfica entre una y otra ciudad es muy corta (como, por ejemplo, Cali-Palmira, o ogota-Chía), pero en consideración al diferente costo de vida en cada departamento las IES que ofertan el mismo pregrado en varias ciudades tasan su matrícula de forma diferencial. General y aproximadamente entre un 15 % y 30 % de diferencia, aunque hay casos en donde esta es mucho más alta como, por ejemplo, en la Universidad Libre de Pereira el pregrado de ingeniería civil cuesta $ 5.423.000, mientras que el mismo programa para su sede en Cúcuta vale $ 2.645.000 (menos de la mitad).
3) La modalidad (presencial, virtual, dual, a distancia…) está marcando significativas diferencias en el cobro de la matrícula para pregrados con la misma titulación. Bien sea a través del cobro completo de matrícula o del fraccionamiento del mismo por crédito académico, tradicionalmente los programas presenciales tienen valores más altos de matrícula. Por ejemplo, el pregrado de Contaduría Pública en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, cuyo cobro es por créditos tiene un valor de $ 180 mil por crédito, para 2023, a los estudiantes nuevos del programa presencial, mientras que para los “estudiantes continuos” (así llama) para el mismo programa presencial el valor es de $231 mil, y para los del programa de Contaduría Pública Dual el valor es de $272 mil.
4) No siempre los valores reportados al Ministerio son los mismos cobrados. Bien sea por estrategia o por la situación del mercado, algunas IES explícitamente reportan grandes descuentos en el valor de su matrícula con respecto a la reportada al Ministerio, como una forma de gancho de mercadeo. Por ejemplo, la Universidad Piloto de Colombia está ofreciendo, para 2023, descuentos de hasta el 25 % para alumnos nuevos en sus pregrados.
5) Fuertes caídas en el valor de la matrícula. Aunque nominalmente (es decir, cuando se habla en pesos) los valores de matrícula actuales son mayores que los de hace unos años, medido en salarios mínimos legales, vigentes hay un significativo número de programas que se han “desvalorizado” en el mercado educativo. El aumento 2021, que estuvo entre el 4 y el 6 % en muchas IES ayudó a descompensar dicha valorización frente a un aumento en el salario mínimo legal vigente del 10 %, más la difícil situación económica que tuvieron que enfrentar algunas IES por la pandemia del Covid 19. Hay casos, inclusive, en que los valores proyectados a 2023 son menores que los que se cobraban cinco y seis años atrás. Por ejemplo, en Bogotá la Institución Universitaria de Colombia ofertaba sus programas, en 2017, por $4.507.437 y actualmente lo hace en $3.000.000.
6) Programas con muy alta valorización: Hace unos lustros, estudiar gastronomía era valorado socialmente como una opción alternativa a los estudios superiores. Muchos la minusvaloraban e, incluso, no existía como plan de estudio en una IES. Hoy en día es una carrera “de moda”, con muy buena demanda y altos costos, a tal punto que, como pasa en el caso de la Universidad de Manizales, el programa de Artes Culinarias y Gastronomía tiene el valor de matrícula de toda la oferta educativa de esa Institución, por encima de programas como odontología, fisioterapia, ciencia política y todas las ingenierías.
7) Programas de región más costosos que en Bogotá: Tradicionalmente el punto de referencia para los más altos valores económicos de las matrículas están en las universidades privadas de Bogotá, pero aparecen casos como por ejemplo el de Medicina en la Pontificia Universidad Javeriana de Cali cuyo costo -en 2022- es de $ 26.322.000, sobre los $ 24.950.000 del mismo programa en la misma Universidad, pero en Bogotá.
8) Antiguos pagan más que los primíparos. Generalmente es lo contrario. Siempre quienes llegan a primer semestre, tanto en pregrado como en posgrado, ingresan a pagar el mayor valor de matrícula del programa pero llama la atención, por ejemplo, cómo en la Fundación Universitaria Empresarial de Colombia los estudiantes antiguos del MBA pagan más ($13.168.000), en 2022, que los nuevos ($12.678.000).
9) Valor diferente entre día y noche. Anque hace mucho tiempo el concepto de jornada desapareció, la verdad es que en la prácticas algunas IES siguen operando de esta forma, reflejada en la manera de organización de horarios, actividades, contratación de docentes y valores de matrícula. Según el programa y su demanda su costo varía, y hay casos como el de Psicología en la Corporación Universitaria Iberoamericana en donde el precio de la matrícula, presencial, tiene tres valores. Diurno ($3.485.645), Tarde ($3.087.500) y Nocturno ($3.750.000).
10) Diferencia en el valor de los pregrados virtuales con respecto a los presenciales. No hay un referente normativo o práctica única que indique si los programas presenciales y virtuales deben valer lo mismo o tener costos diferentes. En la práctica la costumbre es que los virtuales pueden valer, aproximamente, entre el 40 % y el 60 % del valor de uno presencial, pero esto es una cifra que da más el mercado que el propio sector. En el mismo caso del punto anterior -9- (Psicología en la Iberoamericana), se reporta que el virtual -para 2023- tiene un valor de $2.320.000, aunque no guarda lógica con los derechos pecuniarios aprobados por la Sala General de esa IES que definió, para 2022 que la Psicología Presencial valdría $3.775.000, mientras que la psicología virtual costaría $3.793.000. Algo no cuadra.
Lo claro es que todos estos casos confirman que la educación superior representa un mercado asimétrico, en el que la información no es universal, plena, confiable ni estantarizada y en el debate sobre los precios de matrícula debería incluirse la transparencia en la manera como se presenta y explica la información a los potenciales estudiantes y los ya matriculados.